Poca presentación necesita, en Castelldefels, el grupo Tiburón. Su chiringuito, llamado Tiburón, fue uno de los pioneros de la localidad. Lo abrieron en 2003, cuando los chiringuitos eran simples casetas de helados y no los restaurantes informales y cool que son ahora. En 2010 abrieron un beach club frente al chiringuito, que fue evolucionando con el paso de los años, y en el 2014, en el Hotel Bel Air del Paseo Marítimo, montaron su primer restaurante.
Han sido pioneros en la organización de cientos de actividades de ocio diurno y nocturno en la playa, han llevado a cabo actividades solidarias y hasta han ideado una curiosa campaña cívica que les sirvió para aparecer en telediarios nacionales: Regalar una bebida a cualquier persona que llegara al chiringuito con un vaso lleno de colillas recogidas en la playa.
Entre tanta actividad de ocio, solidaridad, civismo y Marketing, el Tiburón no se ha olvidado tampoco de la gastronomía.
Especialmente bien se les dan los fogones del restaurante Solraig, que es el restaurante del Hotel Bel Air.
Tienen unos espacios minimalistas, de look ibicenco, y una terraza junto a la playa que inspira relax y buen rollo. Su propuesta se basa en la cocina mediterránea y de proximidad sin más artificios: Paellas, pescados y carnes al horno de carbón.
¿El resultado? Mucha calidad en la simplicidad. Pocas ganas de impresionar y mucha voluntad de hacer bien las cosas, de tratar bien el producto porque esa es la manera de tratar bien al comensal.
Lo comprobamos con esta ensalada hortelana con productos km 0 y de temporada.
Después compartimos un buen steaktartar de solomillo.
Y acabamos con este rodaballo asado al horno de carbón con patatas mini aromatizadas.
Os dejamos la ubicación