En pleno Major de Sarrià hay un restaurante con un pequeño oasis en su interior. El restaurante está ubicado en una antigua casa centenaria y cuenta con un patio interior ajardinado muy recomendable para soportar las altas temperaturas del verano barcelonés.
Se llama Vivanda y es uno de los proyectos de Jordi Vilà, chef del Alquimia y uno de los grandes valores de la cocina catalana, y Gabriel Calzado, el otro socio.
La carta, basada en los productos de temporada, es un homenaje al recetario tradicional catalán con la incorporación de algún plato de los considerados «imprescindibles» en una carta moderna.
En nuestra visita, elegimos alguna de las tapas de más solera dentro de su propuesta.
Croquetas de jamón jamón. En la carta ponen dos veces la palabra “jamón” y al probarlas entendemos perfectamente el guiño. No son simples croquetas de jamón sino de “jamón, jamón”. Lo entendimos perfectamente cuando te encuentras los sabrosos trocitos de jamón en la masa. Muy buenas.
También probamos la ensaladilla rusa y la cecina.
Seguimos con este steaktartar, una concesión a los “platos de moda”.
Y acabamos con el mejor plato de la noche: Rabo de toro al vino. Meloso, tierno, sabroso… Un espectáculo.
Cerramos con este brownie, muy bien ejecutado.
Os dejamos ubicación y os recomendamos que vayáis a probarlo cualquier noche de calor. ¡Vale la pena tanto el lugar como la comida!