Da gusto oír hablar a José María Parrado, propietario del bar Cañete del Raval, sobre la honestidad en la cocina y sobre la necesidad de que las zonas más turísticas de Barcelona no perviertan la gastronomía pensando que engañar al turista es fácil y barato.
Por eso tiene tanto mérito la propuesta de Parrado (hijo y nieto de restauradores) en el bar Cañete del Raval, un bar que parece tener décadas por su solera pero que abrió en 2010.
El Cañete es bar y restaurante a la vez, “barra y mantel”, como se definen ellos mismos. Esta dualidad se refleja en los dos ambientes claramente diferenciados: Una bulliciosa barra, por un lado, y un restaurante íntimo y castizo a la vez.
La carta, basada en la cocina tradicional española, es exquisita.
Esto es lo que nosotras probamos en nuestra primera visita:
Berenjenas fritas cordobesas a la miel. Perfectamente crujientes, nada empalagosas y con el toque exacto de miel. Espectaculares.
Chips de alcachofas del Prat. Muy buenas.
Bomba picantona de la Barceloneta
Canelón de pularda rustida con bechamel de foie. Un imprescindible de su carta. Si no habéis probado nunca la pularda (una gallina joven), el Cañete es un gran lugar para hacerlo.
Guisantes del Maresme “ofegats” con butifarra negra. Si nos perdonáis el esbonismo, dejadnos decir que no probábamos unos guisantes tan buenos desde que estuvimos en el Àbac de Jordi Cruz.
Steak tartar de filete de vaca vieja con patatas fritas. Para repetir.
Huevos estrellados con chorizo. Otro clásico del tapeo de esos que parece no tener secreto… Pero lo tiene… 😉
Espectacular cochinillo ibérico deshuesado. Ellos mismos le ponen ese calificativo en la carta y hay que decir que, realmente, es espectacular.
Acabamos probando varios postres, como este coulant de chocolate.
Bastón de chocolate cubano con sal
Y un tocinillo de cielo
En definitiva, toda una demostración de que tras las tapas puede (y debe) haber mucho compromiso: Lo hay cuando el producto con el que se trabaja es de calidad, en la cocina hay talento y en la sala se sabe a qué se juega. Excelente propuesta, quizás algo cara en algunos platos, pero excelente al fin y al cabo.