David Andrés es el jefe de cocina del Abac de Jordi Cruz, restaurante que hace unas semanas recibió su tercera estrella Michelín. Ha sido elegido por Forbes como el joven europeo más emprendedor en el ámbito de la gastronomía y lleva tres años consecutivos siendo considerado el mejor chef joven de España y Portugal.
Cualquiera diría, por lógica, que su cocina no está al alcance del bolsillo del ciudadano medio. Error. Porque sí lo está. David Andrés combina su trabajo en el Àbac con su labor como propietario del restaurante Somiatruites de Igualada. En este restaurante, Andrés populariza técnicas, ingredientes y malabarismos de la alta cocina en una carta de precio medio y con un menú de 13 euros los días laborables.
Entramos al Somiatruites con algo de sigilo. El interiorismo del local así lo aconseja: El restaurante está ubicado en una antigua fábrica de curtidos en el barrio del Rec, uno de los barrios industriales más antiguos de Catalunya que todavía conserva la actividad para la que nació hace más de tres siglos: el curtido de pieles.
El interiorismo del local reivindica y visibiliza este pasado industrial, con elementos como la piedra, el ladrillo y la madera que conviven de manera armónica con la antigua fábrica y un techo en el que las pieles sin tintar toman el protagonismo. Es una obra de Xavier Andrés, hermano del propio chef.
Nos traen el menú del día. Empezamos con un ahogado de garbanzos con chistorra a la sidra
El otro primero que pedimos es un steak tartar. Todo está muy bueno, aunque somos conscientes de que no estamos probando platos de una gran creatividad.
Seguimos con un estofado de ternera con robellones y un bacalao con vichyssoise de porro y coco, quizás el plato que más nos gusta del menú.
De postre, optamos por el chocolate a la taza con Baileys y nata.
Y una crema de mandarinas con galleta.
Todos los platos nos gustan, se notan los sabores y las texturas y la personalidad del joven chef. El emplatado está cuidado al detalle y todo en el local está hecho para diferenciarse, para proponer una experiencia. Sin embargo, salimos del Siomiatruites echando en falta algo más de creatividad, de osadía, de irreverencia. Creemos que David Andrés podría permitirse jugar mucho más con los platos, aunque nos consta que a veces lo hace, como con este falso cheese cake que no llegamos a probar pero que nos queda pendiente para la próxima vez.
Os dejamos la ubicación del Somiatruites. ¡Vale la pena ir hasta Igualada para probarlo!