Me atrevo a decir que poca gente en Barcelona no conoce La Tagliatella. La mayoría, seguro, hemos comido o cenado en más de una de las 170 franquicias distribuidas en 50 ciudades españolas, así como en Francia, Alemania y Andorra. Un montón de franquicias y siguen abriendo… señal de que son rentables para el inversor, suponemos.
En Barcelona hay una veintena de franquicias de esta cadena de restaurantes italianos. Y aunque aquí os hablaremos de La Tagliatella de la avenida Tibidabo, situada justo enfrente del Àbac de Jordi Cruz (qué recuerdos 😉 ), nuestra experiencia es claramente exportable a la que puede darse en cualquier otra Tagliatella. Son franquicias que conservan la homogeneidad y la coherencia de marca que se le presupone a un grupo de franquicias (el sueño de toda empresa franquiciadora).
A lo que íbamos: Como es lógico, La Tagliatella está especializada en pastas y pizzas e incluye también tartares y ensaladas. Si tuviera que definir con dos ideas su propuesta lo haríamos hablando del tamaño de las raciones (enorme) y de la variedad de combinaciones.
Y es que quizás lo más significativo de la carta de estas franquicias ha sido siempre la posibilidad de diseñar por ti mismo tu plato de pasta. Tienen más de 20 tipos de pastas y otros tantos tipos de salsas y a partir de ahí tú puedes combinarlas como quieras. Es decir, ofrecen hasta 400 combinaciones distintas de pasta.
En esta ocasión, elegimos una pasta de calabaza y ricota llamada “cuore di zucca” con una salsa tartufata al parmigiano.
Para “desengrasar”, compartimos una insalata affumicata: Variado de lechugas, langostinos, salmón, bacalao, anchoas, picadillo de cangrejo, maíz y tomate confitado.
Y un carpaccio di baccalá acompañado de tomate confitado, aceite de olivas negras y pistachos.
Un detalle muy bueno que tienen en La Tagliatella (no sabemos si es norma de la franquicia, pero lo cierto es que nos ha pasado en más de uno de sus restaurantes) es que cuando los camareros ven que te dejas mucha comida en el plato enseguida te dicen si te la quieres llevar. De esta manera, “educan” al comensal en un hábito muy racional que es habitual en otros muchos países y evitan que el comensal no se lleve la comida por vergüenza de ser él quien lo pida.
Teniendo en cuenta la abundancia de las raciones, es una muy buena idea.
Por si alguno le interesa saberlo, el modelo de franquicias de esta empresa está en pleno crecimiento. De momento están presentes en España, Francia, Alemania y Andorra pero buscan abrirse al resto de Europa y a países del Golfo como Bahrain, Kuwai, Oman, Qatar, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos. La inversión necesaria para hacerlo supera los 600.000 euros, pero por lo que hemos leído tiene un buen retorno.
¿Alguien se anima?
De momento, os dejamos la ubicación de La Tagliatella que visitamos. Por cierto, las camareras son amabilísimas.