Bares de Barcelona con solera y buen rollo

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Barcelona tiene 5.140 bares y 2.267 restaurantes.  En muchos de ellos se come bien y otros muchos, menos adecuados para sibaritas y gourmets, tienen un algo indescriptible que hace que te sientas como en casa. Luego están aquellos en los que ni se come bien ni se está bien, pero de esos no hablaremos.

Hace unos días hicimos un tour por esos bares de Barcelona con solera y encanto. Esos bares de Barcelona de toda la vida que conservan un no-sé-qué de gran atractivo.

Empezamos el tour en el barrio de Gràcia, el segundo distrito con mayor número de bares en Barcelona (267). La soleada esquina del bar Pietro nos recibe con unas bravas y unas aceitunas bomba que están la mar de buenas. Buena manera de empezar nuestro itinerario por bares que invitan al buen rollo.

bar-pietro-gracia

Salimos del bar Pietro (al que ya le dedicamos un post hace un par de semanas) y nos vamos hacia El Raval, precisamente el distrito de la capital con mayor número de bares, un total de 322.

Nuestro destino es el bar La Masia.  Fundado en 1952, La Masia es un bar 100% culé y catalán. Así lo demuestra la gran estelada que preside el local y el resto de sus paredes, forradas de posters que rememoran los grandes éxitos de la historia blaugrana. Tienen platos caseros a seis euros y tapas de toda la vida. Resistentes a las modas que van y vienen (aquí no hay guiños a hípsters ni a la cocina de autor), La Masia es un clásico que no pierde comba porque ha sabido conectar con el barrio, hacer barrio.

Bar La Masia-El Raval

Dejamos La Masia camino de Sant Antoni, otra de las zonas calientes en el ocio barcelonés.  Queremos tomar algún plato casero en la Bodega d’en Rafel, en la calle Manso.

La Bodega d’en Rafel es una típica bodega de barrio de esas que tienen cierta aversión a los cambios. El trato es estupendo y el ambiente, colorido y popular, invita a tomar más de una cerveza. Se nos olvidó preguntar a Rafel si tiene wifi, pero imaginamos que no: aquí las redes sociales que funcionan son las de toda la vida, las que te animan a charlar con el que se apoya en la barra a tu lado.

La-bodega-d'en-Rafel--Sant-Antoni

Es domingo y la cocina cierra pronto. Tras las tapas, el café. Dejamos los bulliciosos bares de toda la vida para adentrarnos en un espacio de relax y wifi. Es el café Tarannà, en la parte baja de Viladomat. Google Fit corrobora lo que nos decían nuestras piernas: hemos andado unos cuantos kilómetros y nos merecemos un descanso. Paredes de obra vista, libros en las paredes, toque minimalista y ambiente nórdico. Aquí el café sabe a calma y el ambiente a hípsters. Viniendo de La Bodega d’en Rafel tenemos sensación de haber cambiado de época o de país, aunque en realidad ni siquiera hemos salido del barrio.

bar-tarannà-sant-antoni

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