Creo que no encontraréis el restaurante La Llimona en ninguno de los muchos blogs de bares y restaurantes de Barcelona (foodie blogs, para aquellos que creen que el inglés convierte en extraordinario lo mundano) que inundan la red.  Por no hablar, no habla de ellos… ¡ni el Time Out!

Y si pocos en la Red hablan de La Llimona (tiene 56 opiniones en Tripadvisor, algo es algo) es porque carece de lo que más hay en Internet: Marketing.

En primer lugar porque está ubicado en un barrio que ya de por sí es poco marketiniano, el barrio de Les Corts. Porque a ver, ¿quién piensa en Les Corts cuando se trata de buscar un bar o restaurante de tapas de moda? Pues creo que nadie.

Y en segundo lugar, porque la propuesta de La Llimona tampoco invita mucho al Marketing: Ni cocina de autor, ni tapas de diseño. Tampoco reconstrucciones de platos ya inventados ni moda hípster.

¿Qué ofrece La Llimona? Simplemente calidad en su materia prima (y buen rollo de los camareros). Y eso, por sí mismo, no está de moda.

La Llimona no destaca, por tanto, ni por sus propuestas arriesgadas ni por la decoración del local, cosas que, también es cierto, solemos valorar en los restaurantes. Sería un bar más de barrio si no fuera por la calidad de los ingredientes con los que trabajan. Sin más artificios.

A La Llimona hemos ido unas cuantas veces (está cerca de casa) y si hasta ahora no habíamos escrito sobre ellos era precisamente porque nos parecía demasiado tradicional y poco arriesgado. Pero quizás ha llegado la hora de reivindicar la convivencia de lo tradicional con lo más moderno siempre que tenga calidad.

La carta de La Llimona está formada por tapas, ensaladas, “llesques”,  hamburguesas gigantes y  platos combinados. Tienen también menú de mediodía (10,50 euros). Todo tiene un precio asequible.

Una de las cosas que más nos gusta es el jamón. Tienen un jamón serrano buenísimo (10,75 euros)  y un jamón ibérico que, obviamente, todavía es mejor (18,75). Sus ibéricos son puro bellota de la dehesa de Manuel Maldonado de Alburquerque, en Badajoz.

El pan de coca con el que lo acompañan está muy bien untado.

Otra de sus especialidades son los bocadillos gigantes, como este sándwich con pollo, bacon, huevo frito, tomate, lechuga y mayonesa. (La presentación de la hamburguesa es todavía más espectacular, pero no la hemos probado).

Sus tapas también son muy buenas. “Conocemos” bien los choricitos al vino, las gírgolas y los dados de atún del Norte con aceite de oliva.

Y cómo no, sus berberechos. ¡Muy buenos!

Si no lo conocéis, La Llimona es una apuesta segura. Sin malabarismos culinarios pero con mucha honestidad.

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