Salimos del Bambarol de Santaló con la sensación de haber probado algo diferente. Y la verdad es que habíamos cenado de tapas, cosa que no podemos considerar un desborde de originalidad, pero lo cierto es que el Bambarol tiene algo de especial, un toque creativo que lo llevó a situarse al poco de abrir, en 2013, en el número 1 de restaurantes de Barcelona de Tripadvisor, el oráculo de las recomendaciones gastronómicas online. Una medalla de oro provisional (ahora está lejos del top ten) que tiene más mérito si cabe teniendo en cuenta que la cena en Bambarol nos salió por unos 25 euros por persona, muy lejos de los 65 o 75 euros de media que cuesta cenar en el Uma, el restaurante que ahora mismo se sitúa en lo más alto del pódium de la “Biblia-advisor”.
Suponemos que la originalidad de los sabores fue lo que permitió a este joven restaurante de Santaló encaramarse en aquel momento a esa deseada primera posición del popular ranking. Porque en Bambarol puedes tomar “lo de siempre”: Bravas, huevos estrellados, tataki de salmón, cecina, risotto… Pero siempre sabe diferente, con ese toque especial que saben darle a los platos sus dos chefs, Albert Ferrer y Ferran Maicas, dos chefs curtidos en restaurantes con estrellas Michelín. Ambos fueron jefes de cocina en el Saüc de Barcelona, que tiene una estrella Michelín, y Ferrer trabajó también en La Cuina de can Pipes de Girona, y en Chiberta de París, restaurantes ambos con una estrella Michelín, mientras que Maicas lo hizo en El Bulli y El Celler de Can Rosa (tres estrellas ambos).
Con este bagaje, el reto era evidente: Montar un local propio en el que pudieran dejar su sello personal en cada plato.
Eligieron un nombre algo difícil de recordar (eso nos parece un error desde un punto de vista de Marketing), pero con un sentido: Bambarol le llaman a la amapola en Almenar, el pueblo leridano de la abuela de Ferran Maicas, y se pusieron a crear, algo que no han dejado de hacer.
Fruto de esta creatividad, las tapas y platillos que pudimos degustar, muchos de ellas fuera de la carta porque la oferta cambia cada día. ¡Qué bueno es eso! Permite que ni el chef ni el comensal asiduo se aburra.
A lo que íbamos: Empezamos con un plato de jamón ibérico de bellota y uno de cecina con queso ahumado acompañado con pan con tomate (coca de cristal). Clásicos que nunca fallan cuando la materia prima es de calidad, como en este caso.
Seguimos con un muy buen salmón marinado con aguacate, unas bravas y una ensalada de rúcula con burrata, platos que forman parte de su carta habitual.
También forman parte de la carta el arroz del día y los huevos rotos del día. Pero con un matiz: Ese “del día” implica que cada día son diferentes. En esta ocasión “nos tocó” probar los huevos rotos con morcilla y un arroz con ceps muy sabroso. Como sabrosas también estaban las croquetas, tanto las de jamón ibérico como las de pimientos del piquillo y morcilla, una combinación potente.
Y aunque somos más de tinto, esta vez optamos por un blanco fresquito que entró muy bien. Un Rueda de 2014 llamado Fenomenal que se define como refrescante y divertido, con buena acidez, sabroso, con recuerdos de fruta tropical y buena persistencia.
Un buen resumen de la cena: Refrescante, divertida, sabrosa y con buena persistencia. Lástima que fuera viernes y no quedaran demasiadas fuerzas para acabar la noche en Universal, un clásico de la zona que siempre funciona para bajar la cena a ritmo de Enrique Iglesias o Álvaro Soler o de música dance, que sobre gustos no hay nada escrito.
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