“No tengo ningún talento especial. Sólo soy apasionadamente curioso.”, decía Albert Einstein, haciendo alarde de una sutil pero enorme falsa modestia. Porque la curiosidad, la inquietud, el querer aprender, es el principal talento para triunfar en la vida. La base de todo.
Supongo que por eso el restaurante Kuai Momos es uno de los restaurantes más exitosos de Gracia y uno de nuestros preferidos. Porque nace de la curiosidad y la pasión de su chef, Jordi Brau, por Asia.
Brau, un graciense de toda la vida, se dedicó a viajar por Asia durante siete años trabajando en restaurantes para, a su vuelta a la ciudad condal, fundar el Momos. Y por eso el Momos no es un restaurante japonés al uso sino un restaurante que fusiona las cocinas de diferentes países del Sudeste, Centro y Norte de Asia con el paladar Occidental.
La fusión no le sale a Brau nada mal. Su tartar de salmón con vinagreta de wasabi es espectacular y su curry verde con pollo uno de los mejores del barrio. Son los dos imprescindibles que no podemos dejar de pedir cada vez que vamos al Momos. Nos encanta también el plato que da nombre al restaurante, los Momos, que son gyozas de pollo, de setas o de gambas, y su Pad Tahi tailandés, igual de delicioso en su versión de pollo como en su versión de gambas.
Nuestros últimos descubrimientos han sido la ensalada koreana de filete de ternera (ternera cruda marinada en lima, especies, nabo chino y guindilla), una especie de carpaccio picante delicioso, y unas berenjenas con gambas que no estaban en la carta pero nos recomendó la camarera (¡qué buen rollo da que te atiendan con una sonrisa y alguna broma!).
Acompañamos todos estos platos con un Ribera del Duero fresco y muy armonioso, un Raúl Calvo Robles que no estaba nada mal y que maridó a la perfección con los “platillos” asiáticos que pedimos.
A la salida, otro “must”: Una visita al lavabo, donde las paredes de pizarra invitan a dejar un mensaje a los comensales de los días siguientes. Así que… ¿qué tal ésta?: «Todo es posible, siempre y cuando realmente creas en ello». Seguro que Jordi Brau se lo creyó. Y así sigue, brindando deliciosos currys y espectaculares tartares de salmón a sus clientes. Gracias por eso.