Cuenta la historia que el sultán Shahriar se casaba con una virgen cada día y la mataba al día siguiente. Era la forma de vengarse de su primera esposa, a la que había encontrado traicionándolo. Hizo esto con 3.000 mujeres, hasta que llegó ella: Scheherezade. Scheherezade no iba a ser una más de la lista. Inculcó en el sultán la pasión por los cuentos recitándole uno cada noche, dilatando su condena a muerte. Cuando habían pasado mil y una noches, mil y un cuentos, el sultán ya no quería matar a Scheherezade. Gracias a las historias que ella le contaba, él había entendido que sus ansias de venganza y de sangre no tenían sentido. Y Scheherezade se convirtió en su reina.
Scheherezade apareció en mi mente después de cenar (yo, no ella) en el restaurante de Barcelona Rincón Persa (Florida Blanca, 85). Porque hay algo en la gastronomía, en el ritual social de compartir alimentos, que va más allá de la ingesta, que incide en las historias, en los cuentos, en el bagaje que atesoran las civilizaciones. Y un rincón persa en Barcelona, un rincón iraní en tierra de romanos, tiene algo de cuento, de cruce de civilizaciones, de entendimiento con los otros. Porque El Rincón Persa fue uno de los primeros restaurantes asiáticos de Barcelona, abierto mucho antes del boom del sushi, los makis y los nudels. Abierto, ya me perdonaréis el brusco tránsito de la poesía a la realidad, antes de que hasta a Hacendado le diera por fabricar Humus.
Supongo que por eso respira autenticidad. Por eso y porque no todos los días un restaurante te ofrece la posibilidad de asistir a un espectáculo de danza del vientre, de acariciar Oriente Medio sin salir de Barcelona. De entrar en un cuento de las mil y una noches.
Un cuento que empieza al abrir la carta del restaurante. Si vais, os recomendamos que cojáis algunos entrantes para compartir como humus y alguna crema de berenjenas, como el badenyun (berenjenas con salsa de queso curado persa, aceite de menta y nueces). Os la servirán con un tipo de pan elaborado con harina de trigo que recuerda a las tortillas mexicanas. Excepto que llevéis el bolsillo bien repleto y apostéis por el caviar iraní: 135 euros por 50 gramos y 250 euros los 100 gramos. De segundo, nosotros probamos varios platos de brochetas servidas con diferentes tipos de arroz, que es un elemento imprescindible de la cocina iraní.


Una historia muy curiosa la del sultán, que la verdad no conocía.
Parece un restaurante con un ambiente diferente, pero necesario visitar.
Veremos si sentimos las mismas sensaciones.
Buenos días compañeros. Muchas gracias por el comentario. Sabemos que hemos tardado un montón en validarlo porque, por motivos personales, tuvimos que hacer un parón en este proyecto. Ahora lo retomamos, así que pronto tendréis noticias nuestras. ¿Fuisteis al Rincón Persa?, ¿os gusto?, ¿bailaron la danza del vientre?
Conozco El Rincón Persa, he ido varias veces y es muy recomendable. Hasta hace poco, era el único restaurante persa que había en la ciudad. Por si queréis probar el nuevo restaurante persa que han abierto hace poco en Barcelona, os paso los datos: Sabor Persa, C/ València 210, Te. 931 43 27 85. Os lo recomiendo mucho también! La decoración y el ambiente son diferentes al Rincón Persa, pero la comida es deliciosa y el servicio muy amable.
Muchas gracias, Lluïsa. Nos hace mucha ilusión que nos recomienden restaurantes. Lo probaremos en cuanto podamos y te contaremos qué tal nos ha ido. Gracias por tu comentario.