El vino no era muy bueno pero nos lo bebimos como si lo fuera. Es más, de sus efluvios nacieron muchas ideas, quizás alguna de ellas incluso buena. Fue el culpable de que ahora estemos escribiendo estas líneas.
La comida tampoco era nada del otro mundo, así que no creo que nunca escribamos en esta web sobre el restaurante italiano en el que se gestó nuestra idea. Paradojas de la vida.
Por deformación profesional, en el reverso de un tiquet de una tienda de ropa esbozamos un pequeño plan de comunicación con los objetivos, las estrategias y las acciones que deberíamos seguir de ahora en adelante. No teníamos suficiente papel para elaborar un calendario de cada acción, pero acordamos que esa misma noche nos íbamos a poner las pilas. Y así está siendo.
Y supongo que ahora esperáis que os explique por qué esta web. ¿Objetivos? Pues un poco de divertimento. Seguiremos yendo a restaurantes y jugaremos a ser críticos amateurs. Si de paso algún restaurante quiere invitarnos a cenar para “seducirnos”, adelante. Si nos gusta hablaremos bien de él. Si no nos gusta, intentaremos no decir nada.